martes, 18 de octubre de 2016

Me falta el tiempo, pero tengo amigos y poemas.

Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.

Pero lo que presiento no se parece en nada

a la común tristeza. Más bien es certidumbre

de la totalidad de mis días en este

mundo donde he podido encontrarme contigo.

De pronto tengo toda la impaciencia de todos

los que amaron y aman, la urgencia incompartible

de los enamorados. No quiero geografía

sino amor, es lo único que mi corazón sabe.

En mi vida no cabe este exceso de vida.

Mejor, si te dijera que medito las cosas

(fronteras y distancias) en los términos propios

de la resurrección, cuando nos alzaremos

sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,

independientemente del mar que nos separa.

Sueño con el momento perfecto del abrazo

sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.

Sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo

y espero la mañana en la que no habrá límites.

De Eros es más, de Juan Antonio González-Iglesias