sábado, 17 de agosto de 2013

Viaje por las gargantas de la Vera II

Continuamos nuestro recorrido y en el camino se impone una parada. Es la Garganta de Cuartos, un espacio abierto con varias zonas de baño y un chiringuito muy grande en uno de los laterales. Los bañistas se sitúan en las rocas, se bañan en las pozas, y hasta es posible dejar que el agua te dé un masaje en de las cascadas que se crean.
La Garganta de Cuartos es bastante conocida en la zona, pero para nosotros fue una novedad. Como queriamos llegar a la casa rural que habíamos elegido para dormir, no exploramos más la zona. Nos quedamos lo justo para darnos un baño, y de nuevo al coche, pensando en que volveríamos.
Al llegar al siguiente pueblo, Villanueva de la Vega encontramos el desvío para subir por la carretera que lleva a Guijo de Santa Bárbara. Es el pueblo que está a más altura y pensábamos que sería lo más fresquito para quedarnos. En esa carretera el paisaje cambia totalmente, los pinos dejan lugar a los robles y todo es más verde y frondoso.
Pero como no podía ser de otra manera, antes de llegar a la casa rural, nos acercamos a ver la piscina del pueblo, a las afueras, como a un kilómetro. Es una piscina creada en el cauce del río con una barrera de madera que hace que el agua se embalse justo debajo de un viejo puentecillo que da nombre a la charca
El puente está cubierto de enredadera y sobrevuelan la zona unas maravillosas preciosas. Una de ellas eligió mi zapatilla para descansar, así que le pude hacer unas fotos
Guijo de Santa Bárbara
Es un pueblo muy pequeño, una aldea, casi. Al parecer dicen que Viriato había nacido allí, pero tampoco es que tengan muchas pruebas históricas. Para mi lo interesante es la vida del pueblo, la gente de todas las edades está en la calle, los bares llenos, risas de niños, conversaciones de vecinos, mucha alegría. La casa rural era bastante agradable, pero un poco calurosa, la verdad. Una vez acomodados nos acercamos de nuevo a la piscina pues habíamos visto dos chiringuitos y queríamos tomar algo.
Uno de ellos es un merendero, estaba lleno de la gente del pueblo que había pasado el día en la piscina y estaban tomando algo antes de volver. En el otro se podía pedir de comer y de beber, lo llevan unos chicos muy majos, que nos pusieron una ensalada enorme y unas croquetas.
La mañana siguiente a primera hora di un paseo por el pueblo, encontré la panadería guiada por el olor y me sorprendió la gran cantidad de pan que venden en un pueblo tan pequeño.
Desde Guijo de Santa Bárbara se pueden hacer varias rutas a pie, hacia la montaña, en realidad no tienen mucha dificultad, y la más larga es de 12 kilómetros. Me imagino que en otra época del año son más fáciles, pero en plena ola de calor con 42 grados, y sin ir preparados con bastante agua nuestra opción fue acercarnos al río lo antes posible y buscar una poza y una sombra. Un roble enorme y una poza grande nos dieron cobijo y frescor durante la mañana, que dedicamos a sestear y a disfrutar de un paisaje tan increíble y de la tranquilidad indescriptible de no tener nada mejor que hacer que refrescarte en las pocitas y volver a la sombra del árbol y si eso, observar un ratillo a los insectos.
Volvimos al pueblo a comer algo en uno de los bares, bueno en el primero que encontramos, porque tras la dura subida al sol urgía una buena cerveza fría y decidimos que por la tarde iríamos a Villanueva o al Monasterio de Yuste.
Rutas por la zona del Guijo

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